Desgraciadamente no son infrecuentes las noticias que nos llegan sobre maltrato infantil, sobre abuso de menores o sobre cualquier tipo de violencia ejercida sobre los más indefensos y vulnerables. La revista médica “The Lancet” ha lanzado un especial sobre el maltrato infantil, donde apunta la incidencia de esas cifras en el Reino Unido, Estados Unidos, Australia y Canadá.
Unas cifras que dejan paralizado, pues según la investigación hasta el 16% de los niños en estos países son maltratados físicamente y el 10% son descuidados o sufren abusos psicológicos. Además, hasta el 30% de las niñas y el 15% de los niños son expuestos a algún tipo de abuso sexual.
Y, si las cifras son dramáticas cuando hablamos de países ricos, la incidencia de esta lacra es mucho mayor cuando se trata de países subdesarrollados o en vías de desarrollo. En América Latina hasta el 63% de los niños podrían vivir en una situación de maltrato físico, sexual, emocional o en negligencia.
Y todo con las graves consecuencias que ello conlleva, desde la mortalidad prenatal o infantil en el peor de los casos a las consecuencias futuras en la salud emocional y física de los afectados (adicciones, conductas sexuales de riesgo, conductas criminales…).
Tremendas cifras también las que señalan que en 80% de los casos de niños maltratados los perpetradores son los padres.
Sin duda estamos ante una problemática compleja, ante la que hay que oponer una tolerancia cero y ante la que se debe establecer una cooperación cercana entre médicos, escuelas y especialistas en protección infantil para ayudar a combatirla.
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